
Hoy en día hay diferentes opciones para proteger los motores eléctricos. Algunos son más rentables que otros, y las condiciones de trabajo determinarán en gran medida el equipo adecuado para usar. Los relés eléctricos, en este sentido, son probablemente la alternativa más sólida; porque son capaces de prolongar la vida útil de los motores y favorecer su rendimiento óptimo.
¿Qué es un relé térmico?
Es un dispositivo diseñado para proteger un motor eléctrico contra sobrecargas o sobrecalentamiento. El relé está conectado al motor a través de una placa bimetálica, que se encarga de detectar posibles fluctuaciones internas y ordenar, según corresponda, el cese de las operaciones del motor.
Cuando la placa bimetálica vuelve a su posición original y se enfría, el sistema detecta que las condiciones son seguras y el motor comienza a funcionar de nuevo. Es un dispositivo pequeño, asequible, con una vida útil muy larga y que está emergiendo como el favorito para aquellos que quieren trabajar en condiciones seguras y estables.
Características de un relé térmico.
Muchos son los dispositivos que cumplen la función de proteger los motores eléctricos. Los relés son sin duda los más seguros, en parte debido a las siguientes características:
- Se pueden utilizar en corriente alterna y directa.
- Permiten configurarse para que las máquinas se reinicien en formato manual. Esto es muy útil en equipos que requieren una puesta en marcha técnica.
- En equipos sencillos, la renovación de las operaciones se realiza automáticamente.
- La placa bimetálica está hecha de hierro, níquel y latón. Esto garantiza su vida útil, a pesar de las condiciones de trabajo, estar operativa durante años.
- Hay varios tipos dependiendo de las características de los motores a los que se acoplarán.
- Su funcionamiento es muy sencillo y no requiere conocimientos técnicos por parte del usuario.
- Por todo esto, es un elemento insustituible para todos aquellos que trabajan con este tipo de máquina.
- a compra de un relé eléctrico debe ser una prioridad para garantizar el funcionamiento adecuado y la seguridad.
Funciones de un relé térmico.
En la práctica, las funciones de este dispositivo van más allá de las descritas hasta ahora. En resumen, una vez que esté conectado permiten los siguientes beneficios:
- Su función es tanto detener el sistema como probarlo para detectar problemas más grandes.
- Reduzca y evite paradas en los procesos de producción.
- Evita que los motores se dañen por sobrecalentamiento o sobretensiones de potencia. Esto se traduce, entonces, en la reducción económica de su mantenimiento.
- También protegen las líneas eléctricas que alimentan el motor base.
- Algunos permiten el restablecimiento eléctrico de forma remota.
El tiempo de disparo de los relés varía dependiendo de las circunstancias. - ay 10, 20 o 30 ms; todo esto con el fin de proteger aún más el sistema.
Todo lo anterior también se traduce en una mayor seguridad por parte de los trabajadores de la planta. - Es importante recordar que este elemento solo funciona en relación con las fluctuaciones actuales.
- o sirven de nada, por ejemplo, cuando una parte interna del motor se daña por sí sola. En estos contextos, el dispositivo no se disparará mediante el cese de las operaciones de la máquina.
Cómo funcionan los relés eléctricos.
En términos generales, las operaciones de un relé son muy simples. El elemento más importante son las dos placas de aleación de metal, que se unen mediante remache o soldadura. Ambas placas tienen un nivel de coeficiente de calor permeable, que les permite reaccionar a las fluctuaciones externas.
Cuando el motor arranca, parte del calor pasa a través de estas placas bimetállicas; haciendo que se calienten. En condiciones normales, su dilatación es mínima; un espectro mayor, ya que las fluctuaciones actuales son menos estables. Cuando esto sucede, las placas se calientan, se expanden hasta cierto punto y el sistema interno ordena la activación del mecanismo de protección.
Esto se hace automáticamente debido a la dilatación. El movimiento de las placas activa una pequeña fibra que a su vez libera una palanca encargada de abrir los contactos de la bobina. Todo esto desconecta el circuito y detiene las operaciones del motor. Después de probar la corriente, y la expansión de las placas ha vuelto a su estado, se dará la orden de reactivar la ignición.
Lo mejor de todo esto es que los relés tienen una rueda para ajustar la permeabilidad de las placas. Dependiendo de cuánto el motor puede soportar, se graduará entre mayor o menor. Algunos equipos pueden trabajar de forma segura ante ciertas fluctuaciones, aunque siempre se debe tener precaución al realizar estos ajustes.